El agua no es el único elemento importante para la vida de nuestros jardines, pero sin dudas es un aspecto que debemos cuidar atentamente si queremos tener nuestro pasto y plantas con buena salud. Esto nos permite también no derrochar el recurso y efectivizar su uso. Estos y otros temas fueron abordados con la Lic. Sofia Molina, responsable de Ciencias Ambientales y Veterinarias en el área de Extensión de la Universidad Maza.
De lo general a lo particular
Hay algunas consideraciones básicas:
Además, la especialista explicó que “la cantidad de agua requerida depende del tipo de planta. Las que provienen de lugares más húmedos necesitan más riego”.
Factores condicionantes
Muchas veces regamos y regamos sin considerar otros elementos que influyen en la cantidad de agua que debemos verter, a saber:
¿Cuándo regar?
En primavera, verano y otoño lo más recomendable es regar durante la tarde-noche mientras que en invierno conviene hacerlo entre las 11 y las 16h para evitar congelamientos. Sucede que esto no es posible debido a las restricciones de AYSAM, que estipula el rango de 22 a 8h. Por ello, en nuestra provincia convendría regar a las 22h cuando hace calor y lo más cerca posible de las 8h cuando hace frío.
La medida de AYSAM restringe el uso de agua potable a través de manguera, hidrolavadora y/o riego por aspersión durante los 365 días del año y alcanza a todos los departamentos de la provincia.
¿Y qué pasa con las heladas?
Los fríos intensos del invierno pueden dañar cualquier tipo de planta en el exterior, ya sean cultivadas o que estén en el suelo.
Las heladas ocurren cuando la temperatura del aire llega a los 0°C o menos. Cuando esto sucede, el agua en el interior del tejido de las plantas puede o no congelarse, dependiendo de múltiples condiciones. De ello depende si la planta resistirá o no. Lo cierto es que los daños son totalmente irreversibles, por ello debemos llevar a cabo acciones protectoras de nuestras plantas. Algunas opciones son: